sábado, 9 de agosto de 2008

Diario del Festival V: Lake Tahoe, el avión caído y Kaurismaki


¿Te acuerdas de Lake Tahoe? (en la foto) Probablemente dentro de poco la olvide. Interesa cuando al inicio su parquedad parece responder a un fin jarmuschiano, con esos fades que empalman algunas tomas, la óptica de plano conjunto que integra al personaje con el ambiente, visto desde mediana distancia para encuadrar su soledad y divagación, y la puesta en escena con cámara fija traen a mi memoria a Stranger than paradise. Más por su lenguaje que por su lengua. En esa primera parte, Juan, tras su accidente, parece un extraño vagabundo en su propio pueblo, al andar timorato y arrastrando los pies cual turista perdido. Esas escenas se logran porque existe la incertidumbre sobre los motivos de Juan, pues su semblante cabizbajo intriga e invita a seguir su paso lento. Al rato nos enteramos que está de luto por su padre, motivo de su melancolía. A partir de eso, conocidas ya sus (des)motivaciones, la película no atina a salir de lo predecible, sabemos que cada gesto, llanto o arrebato es producto de su congoja, lo que la hace meliflua y progresivamente lamentable al pasar los minutos, más aún con el encuentro con su familia desquebrajada por la misma razón. La contemplación e introspección sugerida en el inicio se desdibuja a un melodrama lacónico con poco gesto, pero con un clima cargado de potenciales lágrimas y abrazos empalagosos. Fernando Eimbcke amaga saber sugerir, pero ni él mismo se tiene esa confianza.

Expectativas había para el “filme oficial” de los (16) sobrevivientes del otrora equipo de rugby uruguayo, que padecieron a la intemperie por 72 días en los andes chilenos: Vengo de un avión que cayó en las montañas, de Gonzalo Arijón. Sus más de dos horas de duración recopilan valioso material de archivo, fotografías y testimonios de primera mano de los mismos protagonistas -los que en su totalidad prestaron declaraciones- hilvanados correcta y distraídamente por el director para no volver tediosa su versión. Las mismas víctimas narran los aconteceres de su desgracia según sus vivos recuerdos, perdurados tras tantos años pasados, ordenando “el diario” y los momentos claves con sorprendente exactitud y unanimidad de las partes. El principal valor de esta cinta es su condición de documento testimonial fehaciente, y perdurable, de esa historia trágica y motivadora (para muchos), con visos religiosos, que alude a la fe y a la pujanza como causantes del “milagro”. El Alive, de Frank Marshall, - explotada años atrás en la programación de canal 2- quedará como la inexacta ficción de los mismos hechos que por fin pudo dejarse atrás.

Aki Kaurismaki es un ícono de su tierra, la lejana Finlandia, asimismo un retratista de sus calles tristes, espacios solitarios, vagabundos violentos o silenciosos desadaptados en el largo de su obra. Su última entrega Luces al atardecer, depurada muestra de austeridad, recoge a un subempleado con sueños de grandeza, Koistinen (Janne Hyytiäinen) un ser marginal, que tan sólo es un servidor nocturno de seguridad a cargo de una joyería. Es el retrato mismo de la incompetencia. Sus anhelos de superación son balbuceados con la convicción que tiene un cojo para correr, pues su vida esta plagada de deprimentes episodios de humillación, que son llevados sin sobresaltos por costumbre a ellos.

Kaurismaki hace triunfador al timador sin escrúpulos e ironiza y sacrifica al mentecato Koistinen, perdedor declarado. ¿Acaso no siente compasión por su débil creación y/o ejemplo? Es que el contexto, el mismo entorno –un Helsinki frío, poco fraterno-, aplasta cual gusano al modesto y al débil como víctimas de sus propias carencias. No perdona las limitaciones sino usufructúa las ajenas para sí, como forma despiadada de cosechar.

El humor se deja de lado por pasajes lastimeros y patéticos, que desnudan a Koistinen como un sabedor de nada, un errático ciudadano que postula al éxito y al amor por el camino del fallo. Acaso una encarnación de anhelos a disposición de la perversión, quien le dará forma y motivo. Luces al atardecer, en su laconismo, envuelve y convence porque no enfatiza en la desgracia sino la muestra pausada, exenta de presunción, como consecuencia invariable de los acontecimientos.


John Campos Gómez

6 comentarios:

Creaciones Fantasmas dijo...

Veamos John Campos. Sin ánimos de ofender, al parecer acudiste a la función de cine en búsqueda de referentes a lo Jim Jarmusch o tiempos muertos a lo cine ¨indie profundo¨. Al no encontrarlos terminaste odiando el film. Creo yo q el punto de la película, q la hace entrañable y hasta querible no son (por un lado) las claves empalagosas y melifluas (como tú mencionas)... Me parece una exageración de tu parte. Tampoco los intentos de trascendentalidad en los planos largos estilo cuadro (q tanto buscas y enalteces pero no se si sean tales). El placer de ver ¿Te acuerdas de Lake Tahoe? se encuantra en apreciar a la niña darky de Yucatan prender su radio y cantar la canción de Jessy Bulbo, o sonreir al ver al amigo jugar a ser Bruce Lee. Al parecer (y de repente me equivoco), la búsqueda del director no va por los grandes mandatos del director contemplativo, si no por los pequeños gestos que hacen a uno sonreir y sentir que casa persona tiene una respiración particular, y que la humanidad está en todos lados, incluso en esos puntos de luz proyectados en una pantalla de cine. La historia del padre muerto flota en el aire y dudo que sea melodramática y banal como al parecer crees. Es simplemente algo que el director quiero contar, probablemente una deuda de su vida personal o un pequeño dolor en algún costado de su alma que quiere brindar al espectador. El cine no son sólo académicas referencias y fríos análisis estructurales. El cine (por lo menos el que algunos buscamos) debe tener un corazón latiendo y un director que quiera compartir con sus espectadores un poquito de su mundo interior... Aunque eso no le ¨baste para ganar festivales¨(aunque yo creo q en este caso sí)

Cordial abrazo.

Tu Fantasma

pdta: cualquier falla ortográfica es producto de esta aletargada máquina de la av. Wilsom

b. en vela dijo...

completamente de acuerdo con Tu Fantasma, la película es humana y no considero que se quede en la etiqueta de melodrama, acaso es menos válida al saber que la carga que lleva el protagonista sea una muerte? se te hubiera hecho más válida si es que no fuera un motivo tan 'vanal'?

John Campos-Gómez dijo...

Yo no soy de hacer citas, es más creo que es la primera vez que lo hago, pero los visos a Jarmusch son explícitos. Más que todo en la primera parte.
Gusto del cine "contemplativo", así como el de explosiones y peleas. Pero, lo que no me gusta es el cine de sólo detalles, en el que se encuentran virtudes salpicadas adrede, que solamente decoran.
La chica cantante y el joven imitador de Bruce Lee contrastan con la emoción de Juan, cabizbajo y buscador de nada, empero parecen demostraciones inútiles ante una vida venida a menos.
Sobre si la película es humana, quisiera entender mejor ese punto para poder conversar. Por ahora, sólo digo que tanto sufrir como gozar es humano.
Gracias por comentar.
PD: Fantasma, no entiendo porqué tendría que ofenderme tu comentario, ya que el mío no es una declaración dictatorial, así que puedes cuestionarla como ahora.

b. en vela dijo...

yo no sé hablar de cine así que disculpa si no me hago entender del todo, las palabras no me alcanzan, a veces, para cifrar y retratar las cosas que quiero decir.
Ok sí podría decir que tiene similaridades en algunos aspectos con Jarmusch.
y sí julia y david contrastan con juan, creo yo como el contraste entre vida y muerte que quiere mostrar el director (denotado desde la localidad donde se ubica la historia).
los planos creo que corresponden al deseo del director de ver pequeño al protagonista (q es como él se siente).
no me perece que sea un cine de detalles, más bien se sostiene en toda la proyección. y no es una vida venida a menos, es una vida que huye porque no solo necesita arreglar el carro sino algo más trascendente.

pero es cierto, toda opinión es subjetiva.

Creaciones Fantasmas dijo...

Si pues, John, la mención de la ofensa es más bien un gesto diplomático en pos de que nuestra divergencia de opiniones no degenere en una pelea virtual como suele ocurrir en este mundo de los blogs, sobre todo los literarios, donde los ímpetus y nuevos estatus virtuales algunas veces sobrepasan las opiniones en sí, cosa que en el mundo de carne y hueso difícilmente. Sucedería.

El punto es q también soy fan de películas de explociones y en general de muchos géneros y antigéneros, especialmente el terror. El día de hoy at;i no te gust;o mucho la pel;icula que ami me encanto. Nada m;as. Un saludo virtual y en otra ocasi;on reventaremos a algún film en cartelera.

Fantasma

pdta: Daniela Valentina es linda y su personaje también.. y algunas veces le doy preferencia a detalles radiantes sobre estructuras complejas. el mundo es estructura, el mundo es detalle, el mundo es profundidad, el mundo es superficie... todo depende de loq ue busques y encuentres en tu cabeza.

Creaciones Fantasmas dijo...

Si pues, John, la mención de la ofensa es más bien un gesto diplomático en pos de que nuestra divergencia de opiniones no degenere en una pelea virtual como suele ocurrir en este mundo de los blogs, sobre todo los literarios, donde los ímpetus y nuevos estatus virtuales algunas veces sobrepasan las opiniones en sí, cosa que en el mundo de carne y hueso difícilmente. Sucedería.

El punto es q también soy fan de películas de explociones y en general de muchos géneros y antigéneros, especialmente el terror. El día de hoy at;i no te gust;o mucho la pel;icula que ami me encanto. Nada m;as. Un saludo virtual y en otra ocasi;on reventaremos a algún film en cartelera.

Fantasma

pdta: Daniela Valentina es linda y su personaje también.. y algunas veces le doy preferencia a detalles radiantes sobre estructuras complejas. el mundo es estructura, el mundo es detalle, el mundo es profundidad, el mundo es superficie... todo depende de loq ue busques y encuentres en tu cabeza.