martes, 15 de enero de 2008

Una novia errante, de Ana Katz, en la Católica


Una buena noticia: este viernes se estrena Una novia errante, de la argentina Ana Katz, en el Centro Cultural de la Universidad Católica.
No se la pierdan.
Aquí el comentario escrito en este blog durante el Festival de Cine de la Católica de 2007 donde participó en competencia:
"Una novia extraña... El asaltante custodio... El otro errante... Podríamos seguir haciendo variaciones y alterando títulos ya que las películas argentinas optan por lucir intercambiables.
La motivación de los personajes es opaca y sin mediar explicaciones emprenden una fuga hacia adelante que no se impone meta. Despegados del mundo e incapaces de recibir otras señales que las de su propia obsesión, practican un solipsismo puro y duro. Sus sexos no importan, porque los conflictos de las películas no son de género; sus ideologías importan menos porque no aspiran a cambiar un estado de las cosas o a adquirir poder.
Se está conformando una “cierta tendencia” del cine argentino, casi una normativa, un programa que sólo se distingue por las diferencias del tratamiento, ya que el dispositivo de la mirada es también muy semejante: la cámara -ora sosegada, ora llevada en agitación como en El asaltante- sigue al personaje desde el momento en que su comportamiento hace clic y lo acompaña en su trayectoria, que tiende a sosegarse al final, a encontrar un cauce normal y previsible. Hasta los estallidos, como el de El custodio, son programáticos.
Lo que no quiere decir que las películas carezcan de interés. Una novia errante, de Ana Katz, es, por ejemplo, una cinta lograda, la mejor de la selección argentina en competencia.
Su aspecto más saltante radica en la presencia de la propia Ana Katz, que es también actriz y protagonista, encarnando a una mujer abandonada por el novio al llegar, en viaje de vacaciones, a un balneario.
Eso ocurre en los primeros minutos de proyección; lo que sigue es el retrato de una obsesión histérica que pasa por fases diversas: desde simular que nada ha ocurrido y que las vacaciones se pueden disfrutar igual hasta el estallido de rabia y los intentos de una seducción frustrada.
Ana Katz encuentra el lado divertido –de puro absurdo- de una situación desesperada. Juega a la paradoja burlesca de todo el asunto y al contraste en su actuación.
Mucho más que al cine de Rohmer –que algunos evocaban al salir de la proyección- Una novia errante juega a las tensiones contradictorias de algunos pasajes de Cassavetes: el quiebre nervioso de una conversación telefónica, convertida en una angustiada súplica amorosa de respuestas breves y entrecortadas del novio, se apareja con cuotas de humor. El patetismo y la gracia se unen como en la desesperada juerga de los amigos de Maridos.
Pero allí quedan todas las comparaciones con la obra del neoyorquino porque el cine de Katz tiene otro temple y luminosidad. El personaje es víctima –hasta una lipotimia la derrota- y clown; es repudiada cuando ella quiere ser aceptada y rechaza los avances del notable Carlos Portaluppi, el vecino afanoso. Vive en un desencuentro permanente con el medio y la actriz Ana Katz encuentra el tono físico adecuado para trabajar ese divorcio. Con la cámara pegada al rostro se congestiona y discute; en el plano abierto, se reconcilia con el medio y con el mar (...)
Ricardo Bedoya

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno publicare un post aca ya que al parecer la gente ya no le interesa criticar ni comentar peliculas. ¿No le parece un exceso decir que Katz le debe mas a Cassavetes que a Rohmer por "algunas tensiones contradictorias". Ademas, ella misma creo que se relaciona mas con Rohmer y nunca habla de Cassavetes...

Anónimo dijo...

Dije que me recuerda más a Cassavetes que a Rohmer. No los estoy comparando. En otras palabras, siento que Una novia errante no tiene la estructura tan cerrada y cerebral de las películas de Rohmer, que son casi demostraciones de una idea, de una premisa, de un proverbio o de una situación que pone a los personajes ante alternativas de las que sale bien o mal librado a partir de su astucia sentimental, de su capacidad para el juego de palabras, para la racionalidad.

En cambio, Una novia errante es más taciturna, quebradiza, neurótica, inestable emocionalmente, agitada por la histeria o silenciada por el malestar. Es una película que no está conducida por una razón que lleva a resolver los desafíos y las contradicciones, sino por la contradicción misma que enfrenta a la razón. Tiene un lado muy patético, y eso llega a causar gracia. ¿Ha visto Maridos, de Cassavetes?

Pero el estilo es distinto y la uz de la película también.

Anónimo dijo...

En Polvos, en el ya popular pasaje 18, aún no traen el cofre que contiene HUSBANDS, a ver si mueven influencias o la comparten y dejan una copia allí, Peter Falk es sensacional en este film...y Rowlands, pues es gian, simplemente...

Anónimo dijo...

No me llegó a convencer Una Novia Errante en su proyección del festival, la encontre mediana, inconexa, "errante".. ¿Un film destinado a saciar el apetito egocéntrico de la Katz?. No se si tanto, pero en medio de este océano amplio que es el cine argentino, la sentí más un pejerrey que un lenguado.

CLNY dijo...

Interesante argumento! Esta peli es una de las que mas espero este año y ahora viene a NY en marzo!! Con el simple planteamiento de la historia, me gano. Espero que no decepcione, saludos!!

Alicia dijo...

Me parece una película bastante mediocre, carente de un argumento inteligente, una trama, algo que te lleve a reflexionar. La película no me deja nada y es bastante desesperante. Tampoco me identifico con el personaje principal. Me parece Katz ha hecho una película por hacer algo.. o porque estaba aburrida. Ni siquiera el final es prometedor... Siento que he perdido el tiempo. Disfruto mucho el cine nacional y he visto un montón de películas muy buenas, con un argumento genial, creativo, pero esta película de verdad deja mucho que desear.